Tras el lanzamiento de la NASA de la misión Europa Clipper, una sonda diseñada para investigar si puede haber vida en la luna helada de Júpiter, la comunidad científica se pregunta si conoceremos los primeros indicios oficiales de vida de otros planetas. Este satélite natural ha despertado gran interés científico por su posible habitabilidad, gracias a un océano subterráneo que podría esconderse bajo su gruesa capa de hielo.
Una misión clave en la búsqueda de vida extraterrestre
El lanzamiento de Europa Clipper se programó para marzo del 2025 desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, utilizando un cohete SpaceX Falcon Heavy. El principal objetivo de la misión es estudiar las condiciones de Europa y determinar si en su océano existen los elementos esenciales para la vida.
Los científicos consideran que, aunque Europa tiene una superficie congelada, su interior podría ser templado, con agua líquida rica en sales, nutrientes y compuestos orgánicos. Este entorno sería comparable a zonas extremas de la Tierra donde sí existe vida, lo que lo hace un candidato ideal para investigaciones astrobiológicas.

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Instrumentos de alta tecnología para analizar el océano oculto
Durante 49 sobrevuelos planeados alrededor de Europa, Europa Clipper utilizará instrumentos avanzados para analizar la composición del hielo, detectar gases emitidos desde la superficie y buscar señales de compuestos orgánicos, considerados los bloques básicos de la vida.
Uno de los equipos más importantes será el espectrómetro MISE, que identificará moléculas presentes mediante luz infrarroja. También se usará el sistema E-THEMIS, que buscará puntos calientes en la superficie, indicios de actividad interior que podrían estar transportando materiales del océano a la superficie.
Explorando un mundo potencialmente habitable
Gracias a su órbita elíptica, la sonda minimizará la exposición a la intensa radiación de Júpiter, permitiendo observaciones cercanas y detalladas sin comprometer su funcionamiento.
“Para nosotros es importante tener una idea de cómo es ese océano alienígena: el tipo de química o incluso bioquímica que podría estar ocurriendo allí”, afirmó Morgan Cable, astrobiólogo del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.