En los tribunales de bancarrota de Estados Unidos, los aranceles se convirtieron en una explicación frecuente para justificar la insolvencia de varias empresas. Desde abril, al menos diez compañías, entre ellas At Home Group, Mosaic, Marelli Holdings y Sunnova, mencionan los impuestos comerciales como un factor principal en su caída financiera. No obstante, economistas y analistas sostienen que esta narrativa no refleja toda la realidad.
Problemas arrastrados antes de los aranceles
Según especialistas, es demasiado pronto para que los últimos aranceles impuestos por la administración Trump hayan tenido un impacto real en las operaciones corporativas. Muchas empresas mantienen inventarios para varios meses, y los indicadores económicos, como el empleo, el consumo y los salarios, aún muestran señales de fortaleza.
“La mayoría de estas compañías ya enfrentaban problemas antes”, afirmó Stephanie Roth, economista de Wolfe Research.
“Los aranceles no son lo que las llevó a la quiebra”.
Un ejemplo claro es Take At Home, cadena de productos para el hogar que fue adquirida en 2021 por un fondo de capital privado. La empresa acumuló una pesada deuda y, tras la pandemia, enfrentó altos costos operativos y una menor demanda. Este año, anunció el cierre de al menos 26 tiendas, aunque atribuyó parte de su situación a los nuevos gravámenes.

Excusas fiscales o estrategia financiera
Marelli, proveedor de autopartes para Nissan y Stellantis, también culpó a los aranceles. Sin embargo, ya arrastraba problemas derivados de la transformación en la industria automotriz, como la electrificación y la automatización. Algo similar ocurre con Sunnova, del sector solar, que señaló factores adicionales como la inflación y los recortes a subsidios.
Algunos expertos consideran que ciertas empresas podrían estar utilizando los aranceles como una excusa para acelerar procesos de reestructuración o liberarse de deudas insostenibles.
“Más que crisis provocadas, parecen movimientos estratégicos disfrazados”, opinó Todd Baker, del Centro Richmond de la Universidad de Columbia.
Aunque la tensión comercial podría intensificarse en los próximos meses, por ahora, su efecto real en las quiebras corporativas es limitado. S&P Global Ratings estima que menos del 1% de las degradaciones crediticias recientes están vinculadas directamente a los aranceles. La mayoría de los colapsos empresariales, concluyen los analistas, responden a factores internos que venían gestándose desde mucho antes.